El primer y único punto que trató la CD anoche en una sede sin luz fue la contratación de Caruso Lombardi, a cambio de 6.700.400 pesos por 15 meses. A posteriori, lo ya público que, esta vez, como en la última escandalosa Asamblea, preferimos evitar para no contribuir a seguir ensuciando la imagen de San Lorenzo.
Sin luz en la sede de Avenida de Mayo, con algunas velas en la mesa, la Comisión Directiva sesionó pasada las 18.30 y concluyó antes de las 19.
El órgano gubernamental sólo alcanzó a aprobar el contrato del entrenador, Ricardo Caruso Lombardi, que le costará a San Lorenzo 6.700.400 pesos por el término de 15 meses. Es decir, 418 mil pesos más impuestos, y 1.500.000 para desvincularlo de Quilmes, con una clausula que causó polémica, incluso en el seno oficialista: En el caso de que el equipo llegue a descender, el DT rescindirá 574.000 pesos de la cifra anterior.
Posteriormente, lo ya público, que entendemos merece un tratamiento agudo, político y reservado al no estar San Lorenzo en condiciones de ser noticia por incidentes de esta índole.
Lo mejor para el Club, en este momento tan delicado, es hacer un llamado a la reflexión, que no es sinónimo de silencio: Significa auto-crítica, consenso, sinceridad sin humo, chauvinismos ni vigilanteadas y pantalones largos en una Comisión Directiva que debe predisponerse a recuperar la legitimidad cuanto antes, porque la perdió hace rato, a sabiendas de que cuando la noche es más oscura se viene el día y que en las mayores crisis siempre están las mejores oportunidades de salir adelante.
¡Fuerza, San Lorenzo!
El órgano gubernamental sólo alcanzó a aprobar el contrato del entrenador, Ricardo Caruso Lombardi, que le costará a San Lorenzo 6.700.400 pesos por el término de 15 meses. Es decir, 418 mil pesos más impuestos, y 1.500.000 para desvincularlo de Quilmes, con una clausula que causó polémica, incluso en el seno oficialista: En el caso de que el equipo llegue a descender, el DT rescindirá 574.000 pesos de la cifra anterior.
Posteriormente, lo ya público, que entendemos merece un tratamiento agudo, político y reservado al no estar San Lorenzo en condiciones de ser noticia por incidentes de esta índole.
Lo mejor para el Club, en este momento tan delicado, es hacer un llamado a la reflexión, que no es sinónimo de silencio: Significa auto-crítica, consenso, sinceridad sin humo, chauvinismos ni vigilanteadas y pantalones largos en una Comisión Directiva que debe predisponerse a recuperar la legitimidad cuanto antes, porque la perdió hace rato, a sabiendas de que cuando la noche es más oscura se viene el día y que en las mayores crisis siempre están las mejores oportunidades de salir adelante.
¡Fuerza, San Lorenzo!
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