Una vez más, hemos visto su figura en los medios abonando teorías conspirativas y encontrando en la victimización una manera de evadir su responsabilidad. Otra vez, el lamento como mecanismo favorito de defensa desplaza una sincera autocrítica sobre errores evitables y previsibles. En este caso, le tocó a la oposición pagar los platos rotos de su adolescencia.
En la última edición dominical del diario Clarín, usted aseguró, en torno al caso Jonathan Bottinelli, que “esto es una movida política. Hay quienes quieren desestabilizarnos para que nos vayamos. Nos quieren voltear para que siga el jolgorio”. Y señaló a la oposición como un todo uniforme culpable del crítico momento institucional, político, económico y deportivo que padece San Lorenzo de Almagro.
Frente a este ataque al sentido común y ante la subestimación de la inteligencia del asociado, señor Presidente, nosotros le decimos:
- No fuimos nosotros quienes construimos la estructura política que terminó con cinco renuncias en diez meses de gobierno, ni los responsables de que Usted delegara áreas de gestión en Pascual Paladino, ex Tesorero del gobierno de Fernando Miele y Rafael Savino. Tampoco fuimos nosotros los autores de la operación mediática para poner en duda la honorabilidad de su vicepresidente, Jorge Aldrey.
- Sí, en cambio, fuimos nosotros quienes le explicamos el modo estatutario de elevar el demorado presupuesto a la Asamblea aún con nuestro disenso y quienes exigimos una exhaustiva auditoría respecto de aquellos a los que Usted califica como autores del “jolgorio”, sin individualizarlos ni -mucho menos- sancionarlos.
- No fuimos nosotros quienes decidimos evaporar 50 millones de pesos en seis meses en baluartes de la talla de Ferrari, Carmona, Matías Giménez, Tellechea, Gabriel Méndez o Diego Martínez. ¿Le suenan? Ninguno de sus contratos lleva nuestra firma ni nuestro aval. No es nuestra la idea de la Secretaría Técnica
- Sí fuimos nosotros los que acercamos el nombre de Miguel Ángel Tojo, quienes pedimos una reestructuración del plantel de técnicos y preparadores físicos que desbordan las Divisiones Juveniles y los que exigimos que se concluyera con el plantel de Primera División con más de 40 contratos derivado del jolgorio, que hoy sólo ha mutado de nombres.
- No fuimos nosotros los que contratamos amigos de las distintas facciones del poder por cerca de 2 millones de pesos anuales, ni elaboramos torpe e improvisadamente el contrato para el demorado Fideicomiso.
- Sí fuimos nosotros quienes lo ayudamos a construir la campaña “Hincha del Corazón Azulgrana” para generar recursos genuinos y subsanar los errores del Fideicomiso, para hacer frente a una deuda que ascendió de 102 a 150 millones de pesos en diez meses de su gestión.
- No fuimos nosotros los que deambulamos por los medios con declaraciones contradictorias y que minan el principio de autoridad tales como “no hicimos nada de lo que prometimos”, “nos administramos como una Sociedad de Fomento” o “no veo la hora de que pasen estos tres años”. Menos aún quienes toleramos que los empleados replicaran su conducta ventilando miserias, oprobios, escándalos, trifulcas y hasta desnudos de opinable gusto.
- Sí fuimos nosotros quienes le ofrecimos en forma pública y privada compartir con Usted cualquier espacio de comunicación directa y sincera al Socio donde se transparentara la gravedad de la crisis y se convocara a trabajar con honestidad y coherencia.
Señor Presidente, abandone las actitudes adolescentes, crezca como dirigente, hágase hombre y reconozca que es el Presidente de todos los Sanlorencistas, con el orgullo y la responsabilidad que encumbra su investidura. San Lorenzo necesita madurez, tranquilidad, conducción y decisión.
Disentir no es amenazar. Opinar distinto no es desestabilizar. Oponerse no es poner palos en las ruedas, aunque no tenga duda que lo vamos a hacer si lo que tenemos delante es una carretilla que se lleva el dinero del Socio de San Lorenzo.
Nuevamente, como cada día de su gestión, le tendemos la mano y nos ponemos a su disposición para trabajar y consensuar políticas comunes que le cambien la cara a San Lorenzo de Almagro. Pero sin soberbia, sin altanería y con Humildad y Honestidad.
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